¿Por qué la diferencia?
Hace unos días me enviaron un link a Passionate, un interesante blog sobre marketing, que destaca mucho el punto de vista del usuario. Allí me topé con un artículo interesantísimo que versa sobre una profunda cuestión ¿Cómo tratamos a nuestros clientes? antes y después de adquirir uno de nuestros productos.
El ejemplo que ilustra el artículo es dramático, la adquisición de una cámara fotográfica: Cuando queremos que nos compren, le regalamos la publicidad más cara del mercado, a todo color, tintas directas, papel importado, barnices a registro, colores metálicos, explicativa, llena de imágenes… Pero una vez que nos compró ¿cómo es el manual del usuario? impreso a una sola tinta, en papel bond, confuso y tremendamente aburrido.
¿Por qué? ¿No debieran nuestros clientes cautivos ser más importantes que los potenciales? Después de todo, de ellos sale nuestra paga; por si fuera poco, cuesta seis veces más hacer un cliente nuevo que retener uno. Tal vez estemos poniendo mucho énfasis en la galmorosa «P» de publicidad y muy poco en la «P» de producto…
Interesante reflexión.
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