Flores, chocolates, corazones… La verdad es que no todo es siempre miel sobre hojuelas cuando hablamos de relaciones de pareja. Desde los enfermizos celos, hasta los golpes, la historia del abuso perdonado una y otra vez es tan típica, que hasta podría caer en cliché.
Contrario a lo que podamos pensar, la violencia de género no disminuye, por el contrario, según algunos datos de la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres (SEDEM), su incremento en los últimos años ha ido de un 30% hasta un 72%.
Desde luego este problema no es exclusivo de nuestro país, por eso en todo el mundo las campañas de prevención surgen con una frecuencia cada vez mayor; y ni hablar del hecho de que todas las campañas caen en lo trillado, utilizando imágenes cada vez más fuertes para promover su causa.
Por eso, la Defensoría del Pueblo en Panamá desarrolló esta campaña que, además de no entrar en la reñida competencia de «quién provoca mayor escalofrío entre sus espectadores», cumple con su función perfectamente: invitar a las mujeres a reconocer las señales de violencia a tiempo y pedir ayuda. Retóricamente estaríamos ante una muestra brutal de metonimia causa-efecto.
En un gráfico sencillo pero no simple, la institución también deja claro que las sangrientas imágenes a las que estamos acostumbrados, no son necesarias para hacer llegar un mensaje adecuado, y es que ¿cuántas flores se necesitan para perdonar un golpe? [tti link=»Twittea esta pregunta»]¿Cuántas flores se necesitan para perdonar un golpe?[/tti]
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