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Cameron Diaz se broncea en la azotea: Caso GQ

Mea Culpa, soy fan de Cameron Diaz… pero también lo soy de la edición de revistas; y siempre me ha parecido una delicia ver cómo una fotografí­a, poderosa per se, puede aún cobrar mayor sentido al convertirla en portada… sobre todo si se trata de una publicación tan prestigiada y de nicho como GQ.

Parece sencillo lograr un trabajo así­, sin embargo requiere un profundo conocimiento de la proporción y el color, un exquisito dominio de la tipografí­a y una mí­nima, al menos, formación de marketing, como lo denota el cubrir el logo de la revista; decisión que lógicamente deviene de la perfecta ubicación del producto por parte de su mercado meta.

Bella… simplemente bella.

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