Starbucks, Wal-Mart, McDonald’s… Tal vez el impacto que el boicot latino tenga sobre estas compañías y sus marcas, no sea mucho económicamente hablando, (aunque lo dudo), sin embargo, algo es seguro: el impacto simbólico es enorme.
El poderoso gigante norteamericano se ha dado cuenta que una de las ruedas más fuertes de su maquinaria, está compuesta precisamente por esos a quienes no quiere en su país. Vaya ironía.
Un sondeo de NBC y el Wall Street Journal mostró la semana pasada que un 68% de las personas apoyarían la ley que permitiría a muchos inmigrantes ilegales unirse a un programa para «trabajadores huéspedes,» para luego postular a la ciudadanía. Si el gobierno de Bush no puede dar una respuesta positiva al problema, será aún más ciego de lo que fue cuando invadió Irak, costándole indudablemente el próximo período presidencial a los republicanos.
Y en medio de estos acontecimientos históricos que han colocado pacíficas alfombras humanas en las principales ciudades de Estados Unidos, quisiera compartir una frase dicha por un puertorriqueño, portero del elegante Hotel Pierre en el Upper East Side de Manhattan: «Todo el mundo aquí es inmigrante. El único americano auténtico es el indio». ¡Eso es un copy y no pedazos!
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