Es indudable que la publicidad más glamorosa es la de los cosméticos y en especial la de los perfumes. Para muestra esta belleza de modelo…er, quise decir… de producción. Una guapa actriz, tonalidades rojizas, estilo cinematográfico y París. ¿Qué más se puede pedir para publicitar un perfume? Magnifique.
Cabe resaltar que la elección de Anne Hathaway no es casualidad. La actriz vio catapultarse su carrera justo con una brillante película de moda y glamour: The Devil Wears Prada. En el mundo del marketing no hay casualidades, sólo causalidades.