Cuando cumplí diez años me dieron un regalo que me cambió la vida: una máquina de escribir. Desde entonces las letras se volvieron parte de mí… En este contexto, este diseño-objeto es un objeto-deseo.
Creo que debido a este amor por las letras, el diseño también me llamó e incluso es que escribo este blog. Obviamente soy un enamorado de los libros, de su producción, su forma, textura e incluso de su olor a papel y tinta.
El librero aquí presentado es un maravilloso diseño de Jordi Milà y el nombre que le puso a su obra no podría ser más ad hoc: el árbol de la sabiduría. Una soberbia creación que a través de su dureza y opacidad, transparenta un amor inmenso por los libros.
Y hablando de aniversarios, se acepta como regalo de cumpleaños.
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