La IA te vuelve torpe: 5 formas en las que crees ser inteligente, pero no lo eres - Luis Maram

La IA te vuelve torpe: 5 formas en las que crees ser inteligente, pero no lo eres

la IA te vuelve torpe
Escrito por Luis Maram


La IA te vuelve torpe… ¿Cómo es posible? ¿Es porque nos hace flojos? ¿Es porque nos vuelve comodinos? La respuesta es sí y no… Se trata de un fenómeno más profundo y tiene que ver con cómo la estás usando.

Un estudio reciente realizado por el profesor Umberto León Domínguez, de la Universidad de Monterrey, advierte que el abuso de la inteligencia artificial (IA) puede generar descarga cognitiva, un fenómeno donde el cerebro reduce su esfuerzo intelectual porque sabe que una máquina hará el trabajo por él. ¿El resultado? Personas cada vez menos analíticas y más dependientes de las respuestas automáticas. En otras palabras, la IA te vuelve torpe… pero no por sí sola, sino por la manera en la que la usas.

Si la torpeza de muchos usuarios fuera la única consecuencia, no sería un problema. Lo que sí lo es, que gracias a que la IA es tan poderosa y a que este uso tan burdo es común, comenzamos a ver una serie de falsos profesionales.

La IA te vuelve torpe

Así, vemos estrategas que no hacen estrategia, redactores que no redactan y consultores que no profundizan, confiando ciegamente en las respuestas rápidas, genéricas y en contenido que suena brillante pero carece de sustancia… pero lo peor ¡es que eso ofrecen a sus clientes!

Lo irónico es que, en su intento por demostrar su inteligencia utilizando IA, terminan siendo torpes al depender completamente de ella sin criterio ni dirección. ¿Cuántas veces has visto una estrategia que no ofrece nada nuevo? ¿O un ‘texto creativo’ que suena igual que otros generados con un prompt mal diseñado? ¡Porque ni eso saben hacer!

A continuación exploramos cinco usos de la IA donde muchos creen estar revolucionando su trabajo, pero en realidad están dejando en evidencia su falta de pericia. ¿Listo para descubrir si tú también caes en alguna de estas trampas?

1. El espejismo del “soy escritor” (pero la verdad mi pluma es ChatGPT)

Hace un par de años, escribir un artículo decente requería cierto oficio: pensar, estructurar ideas, desarrollar argumentos… ya sabes, escribir. Pero ahora, cualquiera con una conexión a internet y un prompt básico se cree redactor. La receta es simple:

  1. Le dan una idea a la IA y esperan su respuesta.
  2. Copian y pegan el resultado... ¡y lo publican!
  3. Se aplauden por su «creatividad», sintiéndose muy sagaces.
La IA en el Diseño

El problema es que, sin edición, sin visión y sin alma, lo que publican no es contenido, es puro cartón prensado. Un refrito de lo que la IA ha encontrado en internet, sin una pizca de identidad propia. Y lo más cínico es que ni siquiera mencionan que fue hecho con IA, como si en el 2025 alguien todavía creyera que ese texto estructurado salió de la mente de alguien que con trabajos había escrito algo decente en su vida y ahora maquila contenidos como panquecitos.

Cómo no quedar en ridículo:

  • Si no sabes escribir, al menos edita. No publiques lo primero que te escupe ChatGPT.
  • Dale contexto y dirección, antes y después de la creación del contenido. La IA no puede hacer magia con prompts mediocres. Necesitas aprender técnicas de prompting.
  • No finjas que fue tu idea genial. Usar IA no es el problema; el problema es cuando te apropias del trabajo que hizo por ti y ni siquiera lo mencionas.

2. Consultores exprés: «Experto» después de tres prompts en ChatGPT

Antes, para llamarte consultor, necesitabas años de experiencia, casos de éxito y un pensamiento crítico afinado. Pero hoy, con tres prompts en ChatGPT y algo de descaro, cualquiera se proclama experto en cualquier tema.

El guion es siempre el mismo:

  1. Le preguntan a la IA sobre un tema, uno que la experiencia y conocimiento de un verdadero consultor debería resolver.
  2. Copian la respuesta tal cual o le hacen mínimos retoques.
  3. La ofrecen como respuesta original a sus clientes.
La IA te vuelve torpe cuando eres este consultor

Y claro, el resultado es un desfile de documentos de consultoría que suenan rimbombantes pero carecen de sustancia.

Lo peor es que algunos hasta ofrecen conferencias y publican en Linkedin la información que ni siquiera procesaron ellos mismos. El problema surge cuando alguien con verdadero conocimiento les hace una pregunta fuera del libreto… ¡y se les nota la improvisación!

Cómo no quedar en evidencia:

  • Si vas a usar IA, al menos mézclala con tu experiencia real. No basta con repetir lo que te dice un chatbot.
  • Prueba antes de enseñar. No puedes ser consultor en algo que no has aplicado.
  • No vendas aire. Si lo único que hiciste fue darle copy-paste a ChatGPT, mejor piensa dos veces antes de ofrecerlo porque puedes estar ofreciendo humo sin justificación.

3. Estrategas sin estrategia: el «copy-paste» como plan maestro

Antes, la estrategia requería análisis, visión y pensamiento crítico. Hoy, algunos «estrategas» han descubierto una nueva metodología: preguntarle a ChatGPT qué hacer y copiar la respuesta como si fuera una revelación única, sin siquiera haber creado un Buyer Persona o un GPT personalizado para atender al cliente con su propia información.

El proceso que siguen es tan simple como lamentable:

  1. «ChatGPT, dame una estrategia de comunicación o marketing para X».
  2. Copian el resultado sin modificar una coma.
  3. Lo presentan como un plan de acción personalizado y brillante.

El problema es que, si bien la IA puede generar ideas útiles, las respuestas genéricas no sustituyen la experiencia sólida, la creatividad y el criterio humano. Pero eso no detiene a los vendedores de estrategias «copy-paste», con planes que podrían aplicar igual para una startup tecnológica o una taquería.

Y claro, cuando las cosas no funcionan, no admitirán la responsabilidad de que en realidad solo usaron un chatbot en modo express; culparán al mercado, la falta de presupuesto, el trabajo de otros, etc. La IA te vuelve torpe… cuando haces esto.

Cómo no hacer el ridículo:

  • La IA es un punto de partida, no el plan final. NO se debe hacer una estrategia solo con ChatGPT. Una estrategia se personaliza y ajusta con pensamiento crítico.
  • Si una estrategia no tiene datos ni contexto real, no es estrategia. Es solo una lista de sugerencias genéricas.
  • Si solo copias y pegas lo que dice ChatGPT, mejor deja de llamarte estratega ¡O empieza a serlo de verdad!

4. Creativos sin creatividad: «ChatGPT, dame una idea brillante»

La creatividad solía ser el resultado de experiencia, referencias, y conexiones inesperadas entre ideas. Pero ahora, algunos «creativos» han encontrado un nuevo mantra: pedirle a la IA que haga su trabajo y venderlo como si fuera un destello de genialidad.

El proceso es de una simplicidad vergonzosa:

  1. Le preguntan a ChatGPT por una idea para su campaña, guión o eslogan.
  2. Copian las primeras ideas que les genera sin ajustar ni enriquecer.
  3. Presentan el trabajo como una revelación única.

El problema es que, sin filtro humano, lo que producen no es creatividad, sino un licuado de ideas recicladas. ChatGPT no crea, toma y mezcla de la web; de modo que no va a darte nada nuevo.

Las mejores campañas, los conceptos innovadores y los insights potentes NO nacen de un prompt genérico, sino de la capacidad de conectar puntos de manera única. La IA te vuelve torpe en cuanto la dejas pensar por ti.

Cómo no ser un fraude creativo:

  • Usa la IA como chispa, no como la fogata completa. Las mejores ideas nacen cuando aportas tu visión, no cuando copias.
  • Refina, mezcla y desafía. Lo que ChatGPT te da es un boceto, no la obra maestra.
  • Si tu idea suena como algo que cualquiera podría generar en 10 segundos, no es creatividad, es pereza.

5. Diseñadores express: cuando el diseño se reduce a un prompt en ChatGPT

Hubo un tiempo en que la creación visual requería habilidad, herramientas profesionales y un ojo entrenado. Pero ahora, hay quienes creen que con escribir «hazme una imagen espectacular en DALL·E 3» ya son diseñadores gráficos. Spoiler: NO lo son.

El proceso es el siguiente:

  1. Le piden a ChatGPT que genere una imagen con DALL·E 3.
  2. La publican tal cual, sin retoques, sin ajustes, sin revisar nada.
  3. Aplauden su propia “creatividad”, aunque la imagen tenga errores evidentes.

Y claro, como la IA aún no mezcla bien texto en imágenes, terminamos viendo diseños con typos, manos deformes y detalles absurdos que cualquier diseñador profesional arreglaría en segundos. Pero no, esta gente va directo a publicar su diseño convencidos de que han hecho una obra maestra.

La IA en el diseño

Lo más triste es que ni siquiera saben cómo mejorar sus imágenes con ChatGPT, ni son capaces de probar otras herramientas más avanzadas como Midjourney o modelos gratuitos como Llama o Grok. Se conforman con lo primero que les da ChatGPT y lo presentan como si fuera un trabajo de primer nivel.

Cómo no quedar en ridículo:

  • Si vas a generar imágenes, usa herramientas profesionales. DALL·E 3 es útil, pero no es la mejor opción para todo.
  • No publiques sin revisar. Si la IA puso letras en la imagen, revísalas porque es casi seguro que están mal.
  • Si crees que hacer un prompt te hace diseñador, tal vez deberías hablar con un diseñador de verdad.

La IA no te hace más inteligente, solo hace evidente tu torpeza si no la usas debidamente

La inteligencia artificial es una herramienta poderosa, pero su verdadero valor no está en lo que genera, sino en cómo la usas. En el mejor de los casos, potencia tu trabajo; en el peor, la IA te vuelve torpe porque solo expone que nunca tuviste las habilidades que presumes.

Si te viste reflejado en alguno de estos cinco casos, tranquilo, todavía hay esperanza. Pero si sigues creyendo que copiar y pegar lo que te da la IA te convierte en un experto, estratega, creativo o diseñador, tarde o temprano alguien lo va a notar.

Un último consejo antes de que publiques tu próxima «gran idea»:

  • La IA no reemplaza tu criterio. Si no editas, adaptas o piensas, no es tu trabajo, es el de un chatbot.
  • No uses IA para fingir habilidades que no tienes. Más temprano que tarde, alguien se va a dar cuenta.
  • Experimenta más allá de lo básico. Si te quedaste en ChatGPT y DALL·E, hay un mundo de herramientas avanzadas esperando que las descubras.

Este artículo: La IA te vuelve torpe, fue revisado con IA.


Si quieres mantenerte al día con artículos como este, puedes recibir los contenidos en tu mail.

Y si necesitas una capacitación, o bien, asesoría para tu negocio solo dilo. Amamos saber de ti.

Acerca del autor

Luis Maram

MBA, speaker internacional, Master en Inbound Marketing, especializado en Reputación corporativa. Estratega de contenidos; editor en jefe de este sitio enfocado a cómo crear contenidos que tu audiencia quiera ver, vivir y compartir. Consultas o conferencias de marketing.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.