Según SEO.co, los cinco primeros lugares de Google tienen más de 2,300 palabras; y todos, los 10 contenidos de la primera página de resultados, tienen más de dos mil palabras.
Entonces… ¿el tamaño sí importa?
Adicionalmente a la estadística de los primeros resultados de Google, hay otra que es interesante: los enlaces hacia el contenido.
Los contenidos largos ganan más enlaces hacia ellos. Los artículos de menos de 1000 palabras tienden a obtener un promedio de 3,47 enlaces, los artículos de 1000 a 2000 palabras obtienen un promedio de 6,92 y los artículos de 3000 palabras o más obtienen un enorme 11,07.
Según esta información, también cuanto más largo sea nuestro contenido, mejor.
Sin embargo, sucede algo curioso, y hay que leer esto dos veces para comprenderlo bien:
Los contenidos más cortos tienen una mayor probabilidad de obtener shares (ser compartidos en redes sociales), sin embargo, la cantidad de esos shares para cada artículo, es baja. En contraparte, los contenidos más largos tienen una menor probabilidad de obtener shares, pero cuando llegan a hacerlo, atraen una gran cantidad de estos.
¿Cuál es la moraleja? Un sitio necesita contenidos largos pero también necesita los cortos.
Aunado a estos datos, hoy en día y con la tendencia del video, nadie tiene tiempo para leer mucho cuando puede devorar un visual o hallar un artículo conciso que le haga obtener el mismo resultado. De allí que Google muestre los fragmentos destacados; para que ya no tengamos que visitar la página y buscar la información.
El buen pensamiento conduce a una escritura directa y esto permite crear contenido corto pero rico para los lectores, sin embargo, lograrlo es muy difícil. La web está llena de contenido corto que solo es basura o muy ligero. ¿Cómo crear algo sintético pero a la vez pleno y completo?
Aquí cuatro consejos desde la expertise de PR Daily.
1 Poner a tu audiencia primero
Debemos hacer esto antes de escribir cualquier cosa, pensando en qué es lo más importante que nuestro lector quiere saber. ¿Qué contenido leería sin importar si lo recibe a las 4 de la tarde o a las 4 de la mañana?
Si nuestra audiencia está formada por personas de nivel directivo, enfocar desde la estrategia, los recursos, el marco de tiempo y los resultados es un mejor ángulo para nuestro contenido. Si se trata de personas muy ocupadas, hay que mostrar hallazgos prácticos. Si nuestro público es más emocional, ser emotivos es la guía.
¿Qué forma y fondo es de verdad será irresistible para nuestra audiencia?
Nadie como Seth Godin domina esta habilidad. Echa ojo a su blog para constatarlo.
2 Considerar el formato
No todo debe ser un texto narrativo denso, aunque eso suele ser lo más fácil de escribir para un profesional; sin embargo, hay que ir más allá. Crear una lista, un esquema, una infografía o incluso dividir una pieza larga en varios elementos pequeños y repartirlos en entregas a lo largo del tiempo, es mejor.
Tácticas así pueden ayudar a mantener la atención de las personas en lugar de pedirles que se comprometan con miles de palabras cada vez que publicamos.
3 Hacer una guía para contenido corto
Iniciar con un documento en blanco y algunos pensamientos confusos es un muy mal comienzo. Hay que tomarse unos minutos adicionales para esbozar un breve resumen de lo que es más importante para nuestra pieza.
Crear una guía simple nos ayudará a ser mucho más sintéticos y asertivos.
4 Editar con precisión quirúrgica
Una vez que hayamos terminado el borrador, debemos leer y asegurarnos de que cada palabra cuente. Cortemos lo que no. Todo aquello que no sume, resta.
Escribir de manera concisa ayuda a agudizar el pensamiento y hace que la lectura sea más fácil para la audiencia. Es un ganar-ganar.
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