Las redes sociales han estado poco tiempo entre nosotros de una forma masiva; de hecho, podríamos decir que tienen apenas diez años si tomamos como referencia a Facebook. Es un periodo corto si pensamos que otros media han permanecido en nuestras estrategias por décadas; y no obstante esta breve duración, hoy tenemos que replantearnos muchas acciones en nuestros esfuerzos sociaes dado que el panorama digital cambia a una velocidad vertiginosa.
Lejos han quedado aquellos días en que las redes sociales eran una novedad y se les decía a las marcas que serían la gran transformación y la vía en que verdaderamente conectarían con sus clientes de forma mucho más íntima.
Como ejemplo de lo anterior está Facebook, el rey de todas ellas, quien en sus inicios convenció al mundo empresarial de abrir páginas bajo la promesa de que su herramienta sería el gran paso para socializar con los consumidores. Millones de dólares fueron gastados por las compañías formando staffs, community managers, implementando herramientas, capacitaciones, mediciones, KPIs, y sin embargo, de la noche a la mañana, Facebook cambió de opinión y sin ambages les dijo que bien podían olvidarse de la comunidad que habían construido y ahora tendrían que pagarle si querían que sus promociones, contenidos y comentarios llegaran a ésta… Y ello solo es un ejemplo de las profundas transformaciones que estos media ha tenido en apenas una década.
Las herramientas permanecen pero las reglas de sus dueños para permitir a los marketers jugar con ellas, han ido cambiando de acuerdo a su conveniencia. En otro ejemplo, no olvidemos cuando Google cerró el acceso de Analytics para conocer las keywords por las cuales llegaban los visitantes a nuestro sitio. Dejémonos de idealismos, hablamos de corporativos que moverán los lineamientos de sus instrumentos de acuerdo a lo que les convenga; es su fiesta, y si queremos seguir bailando en ella debemos hacerlo al son de su música. Punto. Lo que no significa que no podamos obtener beneficios, aunque claro, hay que replantearse algunas cosas para el próximo año.
No, no voy a darles la lista definitiva, el último grito de las tendencias, la llave secreta al éxito ni ningún otro cabezal sensacionalista. Les voy a ofrecer un compendio de 7 consejos que de acuerdo a lo aprendido a lo largo de estos años y el panorama actual, pueden funcionar, si se trabaja de verdad con ellos.
1 Las redes sociales por sí mismas no sirven de nada
Olvídense de los social gurús que tienen millares de followers y les aseguran que con eso basta para alcanzar objetivos. Nada en el mundo real ni en el virtual puede lograrse con poco esfuerzo ni deviene únicamente de estar platicando en Facebook o Twitter. Nada. Los followers, likes y fans son tan baratos que hasta se venden por millares. Creer que podemos construir un negocio online, comenzando por las redes sociales es como querer construir una casa iniciando por el techo. Es imposible.Lo que nos lleva al punto 2.
2 Necesitas fijar objetivos de negocio
Entrar en la web sin pensar qué queremos obtener es como treparse al primer avión que encuentras en el aeropuerto, sin saber destino, condiciones de viaje, tiempo o costos. Es imprescindible que sepas qué quieres específicamente. La mayoría dirá clientes, claro, pero ¿qué tipo de contacto estás buscando? ¿Quieres que te llamen por teléfono? ¿Quieres que descarguen un libro? ¿Quieres que te compren mercancía? ¿Quieres que vean tu trabajo? ¿Quieres que se suscriban a tus contenidos para construir una base de e-mails? ¿Qué quieres? Una vez que lo sepas, podrás desarrollar landing pages precisas para ello y entonces dar el siguiente paso.
3 Dedica el tiempo suficiente
Infinidad de clientes piensan que abrir un sitio web, crear contenido y tener redes sociales es como abrir un carrito de hot dogs, en donde escoger una esquina de la ciudad, y comprar salchichas y pan parece suficiente para comenzar a vender todos los días y ganar dinero. No es tan simple… y aún el vendedor de perros calientes debe saber muchas cosas respecto de su esquina y sus productos para poder mejorar. Lo mismo pasa contigo. Montar toda la parte digital (sitio, contenido, SEO, redes, e-mail mkt) es solo el principio; hay que invertir mucho tiempo todos los días a las herramientas digitales para poder ver resultados. Si no se está dispuesto a eso o al menos a contratar personal que lo haga (inhouse o outsourcing), abrir una web carece de sentido, pues se vuelve un costo, no una inversión.
4 Analiza el mercado
Tu web no debe importarle a todo el mundo ni tener cientos de miles de visitas para que funcione. Hay sitios con un tráfico bestial y no hacen clientes; hay otros de nicho con relativamente poca afluencia y hacen dinero de verdad. La gran diferencia está en que están optimizados para ello. Analizaron quién era su mercado, desarrollaron contenidos relevantes para éste, los distribuyeron a través de e-mail marketing y lograron buen engagement a través de conversaciones sociales. La fórmula es sencilla pero no trabaja sola. Todo nace de tu análisis de mercado, de definir a tu buyer persona y enfocar toda tu estrategia en hacer que ese grupo objetivo haga lo que tú estás buscando.
5 Mantén a tus amigos cerca pero a tus enemigos aún más cerca
Llegará algún día en que puedas ser el rey de la innovación y la inspiración, pero mientras llega, analiza a tus clientes y el por qué te compran; a tus no clientes y el por qué no lo hacen; a quien necesita de ti pero no lo sabe, y a tu competencia, directa o indirecta. De todos puedes aprender muchísimo; analiza qué funciona, qué no, qué se puede mejorar, que se puede cortar porque no produce resultados, a qué dedicas tiempo pero es inútil, a qué debieras dedicárselo, qué nuevas oportunidades ves, qué están haciendo tus competidores, qué herramientas y canales están usando, qué podrías mejorar de ellos. Análisis, análisis, análisis.
6 Conversa para convertir no para divertir
Hasta este punto es donde llega esa famosa conversación social, hacerlo antes puede ser irrelevante. Aquí sí, escoge tus canales sociales de acuerdo a tus objetivos y a los de tu mercado. No trates de abarcar todos los media porque es un absurdo; concéntrate en dos o tres y hazlo bien, muy bien, hazlo trascendente, que se enamoren de ti… escucha y conversa, escucha y conversa, escucha y conversa… verás la cantidad de cosas que puedes aprender sobre tu negocio, el mar de relaciones que puedes lograr y la inmensidad de oportunidades que llegan a surgir. Te aseguro que son tantas que no podrás abarcarlas y deberás discernir.
Por cierto, ten en cuenta una verdad, las personas hablarán solo de lo que les gusta y les importa; por eso es vital que aquellas para las cuales se desarrolló el sitio y se generó el contenido, sean exactamente aquellas que son afines a nuestro negocio, pues de que servirían doscientos millones de visitas de público adolescente si vendemos por ejemplo accesorios de lujo para adultos. Nadie puede ser todo para todos, por eso debes dejar de pensar en números de followers, RT, fans y likes para medir radios de conversión, es decir, cuánta gente está cumpliendo los objetivos de los que hablamos en el punto 2. Es así de simple.
A la gente de Social Media Examiner, uno de los sitios más visitados para saber de redes sociales, te aseguro que le importa muchísimo más vender un boleto para sus eventos que tener 300 likes más en su Facebook. Mira como no dicen «sígueme» sino «suscríbete» o «compra.» Recuerda, el objetivo de tu presencia en el mundo virtual es generar ganancias en el mundo real.
7 Vuelve a ser niño
Sí, lo leíste bien y lo voy a volver a escribir: vuelve a ser niño. Si sales al mundo pensando que sabes todo, que nada funciona salvo lo que tú consideras correcto y que nada allá afuera es relevante, ya fracasaste. Tienes que mirar todo otra vez como mirabas cuando eras un chiquillo, con dos toneladas de curiosidad y preguntando siempre ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? Te darás cuenta de que puedes aprender muchísimo de otras industrias y vivencias que ni siquiera pensabas que pudieran estar vinculadas a la tuya. Ésta es la puerta más franca a la innovacion, no los brainstorming de tu oficina donde se te pide que pienses out of the box pero te dan un cubículo para que lo hagas.
Y finalmente, una verdad absoluta: el proceso es iterativo, es decir, una vez que has recorrido todos los pasos, es seguro que ya no te encontrarás donde iniciaste pues las circunstancias habrán cambiado, de modo que debes reiniciar.