A la pregunta ¿A qué te dedicas? es común escuchar en el mundo de los diseñadores y los marketers una respuesta: «Tengo o estoy montando una agencia». La pregunta real es ¿realmente tienes lo necesario para ello?
Es verdad que casi a nadie le gustan los jefes, y por otro lado, los diseñadores y los marketers tenemos corazón de Prima donna. No nos gusta que critiquen nuestro trabajo ¿Cuál es la solución que nos parece más práctica? ¡Abrir nuestra propia agencia! ¡Como si fuera tan fácil!
Tip 1, talento o vocación
Antes de saltar al vacío hay que saber perfectamente si lo que tenemos es vocación o talento. Son dos cosas muy distintas. Para tristeza de muchos, para montar un negocio es más importante lo segundo, y aunque se puede obtener, tarda algunos años en llegar, por lo que sin él no es lo indicado lanzarse a un emprendimiento.
Tip 2, conocimiento de los negocios
No importa qué tan buenos seamos en lo que somos, si no tenemos conocimiento de cómo montar una empresa, por pequeña que sea, solo hay dos caminos: o buscamos a alguien que sepa y nos auxilie o nos mantenemos por el momento al abrigo de un empleo. Abrir una compañía no es poca cosa, un plan de negocios con una cartera de clientes reales (pueden ser potenciales pero deben ser reales), un ROI prospectado, un sólido modelo de ingresos y un detallado análisis del mercado y la competencia son necesarios, al menos para proyectar en tiempo y forma cómo funcionará la operación inicial.
Tip 3, ser freelance no es ser una agencia.
A diseñadores y marketers nos encanta decir que somos una agencia cuando en realidad somos una banda de dos o tres idealistas… o a veces solo uno. Si bien es cierto que cuando hay voluntad siempre existe un camino, a veces reconocernos simplemente freelancers con nuestras limitaciones, tiene más valía que disfrazarnos de aquello que no somos, evitando así decepciones en nuestros clientes.
En México, 8 de cada 10 empresas fracasan antes de cumplir los 5 años, y el 90% de las Pymes no sobrevive los 10 años. Hace falta tener mucho corazón y una coraza amplia y dura contra el fracaso si se quiere emprender… pero más allá de la fe, las ganas y el ideal, también es necesaria una dosis de realidad. Hay que reconocer si estamos emprendiendo por ciega necedad o por verdadera oportunidad… [tti link=» Twittea esta frase»]¿Estamos emprendiendo por ciega necedad o por verdadera oportunidad?[/tti] La respuesta debe realizarse con la cabeza fría porque puede determinar tu futuro.
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