El término estrategia ha sido malinterpretado en no pocas ocasiones; muchos empresarios lo confunden con el plan de negocios o con la adquisición de nuevos recursos, ya sean materiales o humanos a fin de alcanzar alguna meta, y no son menos los que creen que es solo el conjunto de pasos a segur para hacer cumplir la misión del negocio. Nada más alejado de la realidad.
La estrategia es identificación de nuestra ventaja competitiva y la serie de acciones que tomaremos para impulsarla y reforzar de esta manera nuestra posición en el mercado.
En un ejemplo, supongamos que tenemos una cafetería y la gente ama asistir a nuestro local porque vendemos algunos productos que un proveedor nuestro, nos envía desde un lejano pueblo en la República Checa. Ninguna otra cafetería en los alrededores tiene esos insumos; de hecho, ninguna cafetería en la ciudad.
Ser estratégicos en este caso particular, no tiene que ver con subir o bajar precios, decorar mejor el local o la atención al cliente. Si bien esos puntos deben analizarse para el bien del negocio, estrategia aquí tendría que ver con cómo aseguramos ese suministro: ¿cómo lo fortalecemos? ¿es posible ampliar el abanico de productos que nos envía para comprobar si tienen también éxito?¿es posible negociar un mejor precio por volumen? ¿es factible incluirlos en más recetas? ¿cómo publicitamos que somos los únicos que lo tenemos?
Estrategia es el fortalecimiento de nuestra ventaja competitiva.
Como verás, la estrategia trata de fortalecer aquello que nos hace únicos en el mercado porque eso hará que nuestro negocio sea único y por tanto rentable.
Jack Welch, el legendario CEO de General Electric (GE), reunió la información de todos los negocios en los que participaba la compañía y los analizó bajo la siguiente pregunta ¿En cuáles GE puede ser el número uno o el número dos? Una vez que lo supo, decidió que se abandonarían todos aquellos en los que no se pudiera lograr la posición, lo que convirtió a GE en una de las compañías más eficientes. ¡Eso es estrategia!
Es verdad que si eres un emprendedor, a veces el panorama no es tan claro, de modo que antes de lanzarte al ruedo debes hacerte dos preguntas básicas: ¿cuál es mi arena donde voy a luchar? y ¿cuál es la ventaja competitiva que poseo?
Ahora lo sabes… para llegar a «allí» necesitas saber dónde es eso, de modo que es imprescindible trabajar sobre objetivos; y una vez conocidos estos, necesitas saber cuál es tu ventaja diferencial y encargarte de fortalecerla; concentra todos tus recursos en los aspectos fundamentales de ella; permanece firme, haciendo oídos sordos a las modas y a los que te sugerirán que cambies el rumbo… verás que pronto, la estrategia comienza a dar frutos. El futuro es tuyo, pero tienes que tomarlo.
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